Tokio Hotel! - Parte 21

¡Corre Bill corre! Que no te roben tu comet. K gracioso es ^^.
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La figura paternal de Bill hizo que Mar se enamorara aún más de él. Tom apareció por detrás sin creer lo que veían sus ojos. Su hermano con niños. Entonces Mar le preguntó:
- ¿No se ve adorable con esos niños?
- Aunque lo pienses, Bill jamás sería un buen padre.
- Piensas mal, Tom - dijo Carlos apareciendo por detrás -. Bill siempre ha querido tener un hijo, desde que cuidó de Tomy.
- ¿De veras? - preguntó Mar.
- Si, Paul cogió una depresión cuando se enteró de que su mujer había muerto y no se le vio el pelo durante un año entero.
- ¿Paul estaba casado? ¿Tan joven?
- Si, no iba a dejar que se llevaran a su hijo a un orfanato y se casó con ella. Aún así cree que sus suegros le ocultaron algo, o alguien.
- ¿Cree que podrían haber sido gemelos?
- Si, porque en las primeras ecografías se veían dos puntitos y, cuando no pudo ir con ella porque sus suegros no le dejaban, ellos le traían las ecografías, pero en estas solo se veía un niño.
- Podría ser que uno se hubiera auto-avortado.
- Eso pensó, hasta que, en su lecho de muerte, ella le dijo que cuidara de SUS HIJOS.
- Entonces sus suegros lo engañaron para que creyera que solo tenía un hijo y el otro debían darlo en adopción.
- Yo me voy de aquí - dijo Tom, después de haber oído esa historia, y se fue.
Mar y Carlos estuvieron hablando de ese tipo de cosas hasta que Bill salió de ahí dentro. Fueron a comer algo y, esa noche, en la cama, Bill le hizo una proposición muy compremetedora a Mar.
- Mar... - dijo Bill.
- Dime - respondió ella.
- Me gustaría que me dieras un hijo.
- ¿¡Qué!? ¿¡Estás loco o te funciona mal el cerebro!?
- Cariño, por favor, no te alteres, no tiene por qué que sea ahora. Lo tendremos cuando tú quieras, ¿de acuerdo?
- Vale.
- Buenas noches mi amor.
- Buenas noches - dijo Mar con frialdad.
- Espero que esta no sea nuestra primera pelea - pensó Bill -. Sólo de pensar que terminaremos como Billy y Carlos se me ponen los pelos de punta.
Cuando MAr despertó la mañana siguiente, Bill ya no estaba a su lado, es más, no había nadie en la habitación. Miró la hora, las diez y media. Se había quedado dormida y se supone que tenían una entrevista a las nueve. Se vistió rápidamente y bajó abajo. Los vió a todos allí, desayunando, excepto el que le interesaba. Bill no estaba por ningún lado. Entonces, Mar preguntó:
- ¿No había una entrevista hoy?
- Si - respondió Georg -, pero David ha cancelado todas las entrevistas y las sesiones de fotos de hoy.
- ¿Y Bill?
- Desaparecido - dijo Carlos.
Mar se sentó con ellos a esperar. Bill se merecía una disculpa por la pelea de anoche. Ella sí quería tener un hijo con él, pero no con casi quince años. Era demasiado joven. Entonces Bill entró al hotel con dos niños, uno de tres años y otro de seis. Jorge se levantó de la mesa, cogió al niño de tres años y dijo:
- Jordi, te he echado de menos pequeño - para los que no lo saben, Jordi es Jorge y Georg pero en otro idioma de los que se habla en España.
- Y yo a ti papá - dijo el pequeño abrazando a su padre.
- Paul, creo que este es tuyo - dijo Bill enseñándole al niño de seis años.
- No lo puedo creer, ¿Goku, eres tú? - el pequeño asintió y él lo abrazó llorando de felicidad.
- Tus suegros lo habían retenido hasta ahora en Estados Unidos. Tío Sam me los ha traído.
- ¿Cómo sabías que tengo un hijo? - preguntó Jorge -. Se supone que tu y yo nunca nos hemos visto.
- Si te lo contara no me creerías - dijo Bill haciéndose el misterioso.
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Cuánto misterio...
Tschüss!

Mar.

Tokio Hotel! - Parte 20

Encontré esta por Internet. ¿Verdad que a nosotras nos gustarían también este tipo de juegos con un prota tan guapo como Bill?
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Cuando Carlos y Billy entraron al hotel estaban discutiendo y sus hermanos les miraban raro. Ellos nunca habían discutido y ahora la aparición de Jorge podría arruinar su relación. Bill se pasaba el rato hablando con Jorge y cuando esos dos entraron intentaron idear en su mente un plan para reconciliarlos. Ninguno de los dos quería ver a su hermano siamés con el corazón roto. Esa noche Billy durmió enfadado y abrazado a Bill, queriendo que Carlos jamás hubiera entrado en su vida como su novio. Carlos también durmió abrazado a Jorge, pero él lloraba desconsoladamente sin dejar de repetir que su vida no sería nada sin su amado Billy. El concierto se hizo esa misma noche, pero Carlos no fue. Su corazón estaba roto en miles de pedacitos y aún no tenía valor suficiente para enfrentarse a la mirada acusadora de Billy, el cual lo había señalado de infiel. Al día siguiente, fueron al aeropuerto para ir a Corea del Norte, capital Pyongyang. Lo que más les molestó fueron las medidas de seguridad en ese país para que no entrara ningún terrorista Surcoreano. No se quedaron mucho en ese país. Dieron el concierto y se fueron a Mongólia, capital Ulan Bator. Lo primero que hizo Bill al llegar ahí fue ir al orfanato. Todos los niños querían jugar con él y muchos le hablaban:
- ¿Cómo te llamas? - le preguntó uno de los niños.
- Bill, me llamo Bill.
- Mi padre se llamaba así.
- ¿Mi nombre te trae buenos o malos recuerdos?
- Buenos, mi padre era mi angel protector hasta que murió en un accidente de coche y mi madre me abandonó aquí. Ella me pegaba.
- Oh, lo siento. Pero, ¿Sabes qué? Tu padre siempre estará contigo. Ahora es tu verdadero angel de la guarda y él te elegirá una buena familia. Bueno niños, ¿Quién quiere que cuente un cuento?
- ¡Yo! - dijeron los pequeños alzando sus manitas.
- ¿Qué tipo de cuento?
- De princesas - dijo una niña.
- Y que salga una madrastra que se convierta en bruja - dijo otro niño.
- Vale, no más pistas, ya tengo el cuento. Se llama Blancanieves y los siete enanitos - respondió Bill al ver que querían darle aún mas pistas para el cuento.
- ¿Lo has inventado tú? - preguntó una niña.
- No, cuandonací ya estaba escrito - Bill se sentó en el suelo y todos los pequeños a su alrededor -. Había una vez una hermosa joven con la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano. Desde la muerte de su padre, su madrastra la usaba como criada, pero la joven tenía una preciosa voz y un día...
Mientras Bill narraba el cuento, Mar lo miraba desde lejos. Ella no podía evitar pensar que Bill sería un buen padre ya que se mostraba a esos pequeños como si fueran sus hijos y él el padre que les contaba un cuento antes de ir a dormir.
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Fin por hoy, espero que les guste.
Tschüss!

Mar.