Cómo añadir comentarios

Para añadir comentarios, haced clic en "X comentarios" (X es un número) y, si no tenéis una cuenta de las que dice, podéis dejar un comentario anónimo con vuestro nombre si quereis, así me será más fácil identificarlos.

7 d’octubre del 2011

Diario de un vampiro: Bill Kaulitz - 18 de Noviembre


Mar ya me ha devuelto mi diario. Vuelvo a ser yo, ¡Bill Kaulitz!
Lo que hablé con el padre de Mar fue la posibilidad de que pudiera hacer un anillo de c********o yo sólo con su ayuda para pedirle a su hija... Creo que ya se lo imaginan.
Me levanté al mismo tiempo que su madre y fuimos los dos a preparar algo para desayunar. Su madre es algo bipolar. No le gustó nada que yo viniera con su hija, pero ahora, justo unas horas después de llegar, me habla cómo si me conociera de toda la vida.
Después de desayunar, me llevé a Mar en el Lamborghini a Barcelona. Quería que me hiciera de guía turística, ya que ella era de la casa. Aparqué en un párquing que había cerca de una catedral que Mar me indicó.
- ¿Ahora adónde vamos? - le pregunté.
- Vamos a ver esta catedral y a la ciudad Romana de Barcelona, por ahora.
La catedral es realemente bonita. Justo al lado había una de las entradas a la ciudad romana de Barcelona: Barcino. No era gran cosa, pero era ideal para rodar una peli de vampiros. Después nos fuimos a "Passeig de Gràcia" y empezaron las compras. Había varios "El corte Inglés", incluso me mostró una calle gótica en la que ella no había entrado nunca. Nos pasamos la mañana de compras. Fuimos comer a urestaurante de "la Rambla", llamado "Viena". Era de bocadillos y demás, pero nunca había comido un bocadillo tan bueno. Después fuimos a ver monumentos históricos de la ciudad: La "Sagrada Familia", la "Pedrera", "Casa Batlló", "Casa Ametller", "Parc Güell", etc...
Mientras hacíamos toda la ruta modernista, pasamos por delante de una tienda Apple. Entonces dije:
- Debería visitar a Steve.
- ¿A Steve Jobs?
- Sí, somos amigos. ¿No te lo había dicho?
- No, no me lo habías dicho. Jobs murió el 6 de Octubre de su cancer.
- Jobs... ¿Ha muerto?
- Sí, Bill. Jobs está muerto.
Caí al suelo de rodillas. Murió mientras yo dormía. Maldito cancer incurable. Jobs era una mente brillante y, según él, sólo había un digno sustituto suyo: Yo. Entré en la Apple Store y adquirí el iPhone 4S, el nuevo iPod y iPod nano y 2 iMac de 27 pulgadas, uno para Mar y otro para su padre.
Salí de allí con lágrimas en los ojos. No podía creer que fuera verdad. Era el heredero de Jobs y nadie más tenía los planos del iPhone 5. Debo terminarlos y, a la vez, estar con mi familia y tocar con mi banda. Era un reto. Nadie debía saber que los planos del iPhone 5 estaban en mi poder.
Fuimos a un centro comercial llamado "Maremagnum". Esta junto al mar. Es bastante impresionante. El techo de la entrada estaba hecho de espejos. Terminamos comprando todas las expansiones de "Los Sims 3", ya que era compatible con iMac y Mar tenía el juego en casa.
Volvimos a su casa e instalamos los iMacs. Su padre y se puso a tocarlo todo par saber cómo funcionaba. Cuando le pasaba algo porque había presionado demasiadas teclas a la vez, me llamaba. Mar había instalado ella sola Los Soms 3 y sus expansiones mientras yo iba y venía del taller de su padre. Además, instaló varios parches y actualizaciones, aparte de contenidos extra, que habían salido.
Fuimos a domri temprano. No sé si mañana podré escribir en mi diario, voy a estar muy ocupado.

4 d’octubre del 2011

Diario de un vampiro: Bill Kaulitz - 17 de Noviembre


Hallo! Soy Mar. Hoy voy a escribir este día en el diario de Bill para que quede constancia de lo ocurrido. Para empezar, sólo han pasado 2 meses desde que Bill se fue. Lo hecho de menos. Jackeline, Elisabeth y yo somos grandes amigas. Siempre vamos juntas a todas partes. Tom ha empezado a llamarnos "El trío medio-gótico". Jackeline y yo hemos pasado de medir 1.50m a medir 1.90m y 1.85m respectivamente. La única ropa que me he comprado nueva fue la ropa interior. El resto de ropa que me pongo es de Bill. Y también uso su maquillaje. Voy maquillada igual que él. Hoy es mi cumpleaños. Han venido los padres de Bill expresamente para ver a sus hijos y, sobretodo, conocerme.
- Así que tú eres Mar - me dijo Simone -. Realmente tu tipo de sangre es uno que no estaba a nuestro alrededor.
- Pues mire que és un tipo de sangre bastante normal - le respondí.
- Es que resulta que el tipo de sangre de Jörg, y también el de los niños, es AB+. Excepto Tom, el heredó el de cuando yo era humana, un B-. Y, por favor, tuteame.
- De acuerdo... Suegra.
Todos nos pusimos a reír, pero era verdad. Simone y Gordon iban a ser mis suegros si sacaba a Bill de su sueño de 100 años.
- Te hemos traído esto - me dijo Gordon mientras me daba un cuaderno -. Es el diario de Bill. Creímos que estaría bien que lo tuvieras tú.
- Gracias -. Leí todo lo que Bill había el último día que había escrito y le dije a Paul -. Realmente me ama.
- Desde que te mordió, tienes una extraña habilidad para adivinar los sentimientos de otros, aunque no los tengas delante - me dijo Paul.
- Siempre que acierto algo, cómo lo de Tom y Jackeline, me dices lo mismo.
- Es que es extraño que un vampiro pase sus habilidades.
- Creo que no te la ha pasado - dijo Simone -. Tengo la sensación de que es una habilidad que dormía en tu interior y cuando Bill te mordió, ésta despertó.
- Es verdad - dijo Gordon -, Bill no tenía una habilidad tan rara.
- ¿Hay alguna manera de sacarle del ataúd antes de los 100 años? - preguntó Billy. Le había crecido el pelo desde la última vez que Bill lo vió.
- Sí, hay una que no le dije a Bill - dijo Simone -. El amor de su vida puede abrir el ataúd antes de los 100 años para dsepertarle.
- Vamos a Alemania - dije decidida.
Llegamos a Hamburgo en unas horas. Simone me indicó dónde estaba la recámara con los ataúdes. Antes de entrar, Simone me dijo
- Querida, el ataúd de Bill és el único que está cerrado. No quiero que te asustes cuando lo abras, sé que eres una chica valiente. Cuando lo hayas abierto ,sólo tú y un hombre lobo pueden sacarlo. Si no puyedes con el peso de Bill, llama a Paul.
Entré en la recámara y me dirigí al único ataúd cerrado, el del centro. Lo abrí y lo vi. Bill era sólo piel y huesos, pero respiraba. Se le marcaban hasta los dientes en las mejillas. Lo cogí con cuidado. Me apreció que cogía una momia. Con lo que a mí me gustan las momias, coger a alguien que parece una era una experiencia única.
Saqué a Bill de allí. Cuando todos lo vieron, les dió algo de asco y sorpresa por el aspecto que tenía.
- ¿Porque tiene este aspecto? - preguntó Carlos.
- Porque los medio vampiros necesitaís comer comida humana de vez en cuando. Si dormís cien años despertaís cómo Bill y bastante débiles - le respondió Simone -. Vamos a dejarlo en su cama.
Simone me acompañó hasta la habitación de Bill. Lo dejamos en su cama tapado con la manta y luego bajamos. Todos se estaban riendo de algo.
- ¿De qué os reís? - les pregunté.
- Los chicos estaban proponiendo de gastarle una broma a Bill - dijo Gordon.
- ¿Qué clase de broma? - preguntó Simone.
- La decimos a Bill que Mar es en realidad la biznieta de Mar y que Mar murió después de dar a luz al abuelo de la chica, a ver cómo reacciona - dijo Paul.
- Sí que me matas pronto - le dije.
- No se nos ocurría otra manera. Además me gustaría ver la cara que pone.
- Lo vas a hacer llorar. Yo tengo otra idea mejor - les expliqué a todos mi idea y estuvieron de acuerdo.
Bill se despertó del todo al mediodía. Paul lo escuchó bajar y empezamos con el plan para asustarle. Cuando Bill apareció en el comedor, preguntó:
- ¿Han pasado ya 100 años?
- Sí, han pasado 100 años - dijo Gordon -. Y Mar no te ha echado demasiado de menos.
- ¿A que te refieres?
- ¿Porque no lo ves tú mismo?
Me abracé a Paul y él le dijo:
- Ahora es mía. Eso te pasa por abandonarla. Deberías darme las gracias por haberte permitido verla otra vez.
- ¡Eres un cabrón! - reaccionó Bill. Agarró a Paul de las rastas y tiró de ellas. Paul le agarró el cuello y lo tiró al suelo.
- ¡Tío, era broma! - le dijo Paul a Bill -. Mar sigue siendo tuya.
- ¿Qué? - dijo Bill -. Explicamelo.
- En realidad sólo has dormido dos meses. Y hoy es el cumpleaños de Mar, así que mamá y Gordon vinieron y nos dieron tu diario. Después de leerlo, Mar quiso venir a rescatarte.
- ¿Tenéis mi diario? ¿Que parte habeís leído?
- Todo - le dije a Bill, dirigiéndome hacia él.
- ¿Quién es ella? - preguntó Bill.
- ¿Ni siquiera te acuerdas de mi olor?
- Es que... Hueles igual que yo.
- Porque llevo tu ropa.
- No se me ocurre quién... - lo interrumpí con un beso -. Ya me acuerdo. Si que has cambiado, princesa vampira.
- ¿No tienes hambre? Deberías comer algo, estás muy débil.
- Si, tengo tanta hambre que me comería un rebaño de elefantes.
Bill se comió toda la comida que quedaba mientras veíamos Star Trek por la tele. Cuando terminó de comer se quedó dormido con la cabeza encima de mis piernas. Más cómodo imposible.
- Ha dormido dos meses, ¿Cómo puede dormir ahora? - dijo Paul.
- No es la primera vez que le pasa - dijo Simone -. La otra vez fue cuando Tom perdió la memória - dijo Simone -. Se escapó y lo encontramos ocho meses después. Cuando se despertó después comerse todo lo que le cabía en el estómago y dormir unas horas, volvía a estar cómo antes.
Y al cabo de unas horas, volvía a estar cóm cuando se fue, sólo que tenía el pelo más largo, igual que Billy.
- Tendremos que ir a terminar la peli - dijo Bill.
- No te preocupes por eso - dijo Billy -. La peli se estrenará el mes que viene. La terminé yo haciendo los dos papeles.
- Entonces ya haremos alguna todos juntos - propuso Bill - ¿Qué os parece?
- No es mala idea - le dije - Pero yo tengo que volver a España. Aún soy menor.
- Iré contigo. Quiero conocer a tu familia.
- Está bien.
- Paul, ¿Nos mandas el equipaje por correo aéreo?
- Si quieres incluso te lo traigo volando con Carlos o Jorge - dijo Paul.
Bill y yo nos fuimos al aeropuerto y cogimos el primer vuelo a Barcelona. Llegamos en un par de horas a Barcelona. Yo ya había llamado a mis padres diciéndoles que pasaran a recogernos. Nunca se imaginaron que su hija estaría tan alta y con novio. Fuimos a mi casa y cenamos. Bill hablo bastante rato con mi padre cuando se enteró de que era joyero. Bill durmió en la habitación de mis padres, ya que ellos duermen siempre delante de la tele. El sofá es más grande que una cama de matrimonio. Dormí en mi cama después de 2 meses, pero sabía que alguien a quién amo más que a mí misma estaría conmigo por la mañana.

3 d’octubre del 2011

Diario de un vampiro: Bill Kaulitz - 19 de Septiembre


Paul me despertó por la mañana.
- Bill, ¿Qué haces aquí? - me preguntó.
- Anoche hice algo horrible.
- ¿La has visto desnuda?
- Sí, pero no es por eso.
- ¿Entonces?
- Me bebí casi toda su sangre. Tengo que alejarme de ella una temporada.
- ¿Eso significa alejarte de nosotros?
- Exacto. ¿Cuidarías de Mar por mí?
- Sí, pero vete esta noche. Ahora están a punto de despertar todos.
Me fuí a duchar a mi habitación. Paul me acompañó. Iba a desaparecer, pero ¿Dónde?
- Creo que aún no se ha levantado nadie - escuché a Tom decir a alguien que iba con él.
- ¿Tú crees que es prudente esto? ¿Y si nos descubren?
- Tranquila Jackeline, no nos verá nadie.
- Tom, ¿Con quién estás? - Paul salió de la habitación mientras hacía esta pregunta. Yo aproveché para salir de la ducha y vestirme.
- Es una amiga - le respondió Tom.
- Ya... Una amiga... Tom, te conocemos muy bien.
- Es una amiga, en serio. Se llama Jackeline.
Salí de la habtiación con una mochila en la que llevaba mi cartera y mi móvil. Desaparecería del mapa y Mar estaría mejor sin mí. La chica que había traído Tom no iba a tener la oportunidad de conocerme. Esa chica, era morena y tenía el pelo largo. Sus ojos eran verdes y su estatura era más bien normal.
- Me voy - dije -. Sobretodo no le digaís nada a Mar. No quiero que sepa que me he ido ahora. Quiero que crea que me fuí por la noche.
-Bill - me dijo Paul -. ¿Estás seguro que quieres hacerlo?
- Sí, estoy seguro. Paul, cuando llegue el momento, dentro de unos meses, quiero que le des esta carta a Mar - le dí un sobre -. Ni se te ocurra leerla, lo sabré si la has leído antes que ella.
- Está bien.
- Adiós chicos, hasta nunca quizás.
Salí de la casa y me fuí en mi Harley Davidson sin mirar atrás. Me fuí al aeropuerto, facturé la Harley de equipaje y de equipaje de mano llevaba la mochila. Llegué a Hamburgo al mediodía y me fuí a casa de mi madre.
- Bill, ¿Qué haces aquí? - me preguntó mi madre al abrirme la puerta.
- He hecho algo terrible y no puedo seguir su lado - le dije.
- Un momento, ¿De que me estás hablando? Te has comido palabras.
- Me he bebido casi toda la sangre del amor de mi vida. Tiene un tipo de sangre que mi instinto aún no soporta. Necesito alejarme de ella una larga temporada.
- Bill, debes estar con ella.
- ¿Verdad que los vampiros podíamos dormir 100 años encerrados en un ataúd?
- No creo que debas hacerlo.
- Sí mamá, debo hacerlo. Estará mejor sin mi.
- ¿Y tú qué Bill? ¿Estarás mejor sin ella cuando despiertes de tu sueño?
- Intentaré buscar a su reencarnación.
- No será lo mismo.
- ¿Dónde están los ataúdes?
- En una recámara del sótano. Ahora te llevo allí.
Mamá me condujo hasta los ataúdes y me indicó cuál era el mío.
- Aún estás a tiempo de canviar de opinión - me dijo cuando ya estaba dentro -. Una vez cierre sólo lo podrás abrir tú.
- Mamá, estoy decidido a hacerlo. Nada me hará canviar de opinión.
Mamá cerró el ataúd y ya no hubo vuelta altrás.

2 d’octubre del 2011

Diario de un vampiro: Bill Kaulitz - 18 de Septiembre


Me levanté a las 5 de la mañana. Me duché y cuando salí, Mar se despertó.
- Buenos días princesa vampira - le dije.
- Buenos días Billicito. Me voy a duchar.
- Vale.
Mientras Mar se duchaba, yo me vestí. Paul me trajo una caja de ropa por la noche para que la tuviera allí. Después de que Mar se vistiera, bajamos a desayunar. Ésta vez hice donuts caseros. Cuando terminamos nos fuimos en el Lamborghini.
- Dime adónde vamos - me dijo Mar.
- Es una sorpresa - le contesté.
- ¿Sorpresa? ¿A estas horas? Aún no ha salido el sol.
- Por eso, aún estamos a tiempo.
- ¿No me digas que sabes dónde encontrar vampiros y me llevas allí?
- No, no es eso, pero casi.
- ¿No vamos muy rápido? - dijo Mar mirando el indicador de kilómetros/hora.
- Puede que un poco.
- Bill... ¿Adónde vamos?
- Ya estamos llegando, tranqulia.
Aparqué el coche y le vendé los ojos con un pañuelo negro que yo llevaba.
- No quieres que vea nada ¿Verdad?
- Exacto - Mar me besó -. ¿Sabes exactamente dónde están mis labios?
- Si.
- Vamos.
Bajé del coche, fui a velocidad vampírica hasta su puerta y la abrí.
- ¿Ya estás aquí?
- Sí  - le cogí la mano -. Anda ven, te llevaré a tu sorpresa.
Cuando salió del coche, la cogí fuerte y la llevé contra mi cuerpo para que no se cayera. Después de andar un buen rato le dije:
- Ya puedes quitarte la venda.
- ¿Qué es lo que quieres enseñarme? - me preguntó quitándose la venda.
- Observa bien. Cuando salgan los primeros del sol se irán. Mira, allí están.
- ¿Qué són?
- Ven acerquémonos y escondámonos entre los matorrales.
Nos escondimos y entonces Mar los vió con más claridad. 
- Són unicornios y pegasos- me dijo bajito.
- Són unicornios y pegasos negros. Éstos sólo salen por la noche. Por la mañana salen los blancos.
Empezaron a salir los primeros rayos del sol. Los negros se fueron y llegaron los blancos.
- Són preciosos - me dijo Mar.
- Sí, lo sé.
- ¿Lo sabes?
- Hay otra cosa que debería decirte antes de que lo nuestro vaya más lejos.
- ¿Que ocurre Bill?
- Soy un... Vampiro - le mostré los colmillos.
- Bill...
- No hace falta que digas nada, ya sé que soy un monstruo y que me despreciarás y te irás de mi lado - dije con lágrimas en los ojos -. Pero eso no cambiará mis sentimientos hacia ti.
- Bill, no llores - me abrazó dejando mi cabeza sobre su hombro -. Yo jamás repudaria al amor de mi vida. Adoro los vampiros y siempre soñé que tu eras uno, pero nunca pensé que podría llegar a ser verdad.
- Pero, podría matarte si no me controlo - me aparté de ella.
- Creo que lo que pasó hace dos noches deja claro que te controlas lo suficiente cómo para no matarme.
- Amor, tienes uno de los tipos de sangre que menos soporta mi instinto. Si algún día te desangras, podría descontrolarme y matarte. Incluso cuando te venga la regla podría atacarte.
- Viviré con el peligro. Algo de emoción debía tener mi aburrida vida. A ver si...
Mar se mordió el labio con tanta fuerza que lo hizo sangrar. Me abalancé sobre ella para intentar beberme su sangre, pero no lo conseguí. Lo único que parecía que hacíamos era besarnos. Realmente era eso. Ella me agarró por el cuello con una mano y si me acercaba demasiado a la sangre, me apartaba. Cuando dejó de sangrar, apenas unos minutos después, me tranquilicé.
- ¿Ves cómo puedes controlarte?
- Porque tú me has ayudado, sinó no lo hubiera conseguido.
Guardé mis colmillos y nos fuimos a los estudios. Era temprano, así que tuvimos sexo en el coche, con protección evidentemente. No voy a contar la escena porque es un poco difícil de describir. Sólo diré que lo hicimos en la parte trasera del coche y que los cristales traseros están tintados.
Salimos del coche justo cuando llegó el director de la peli y aparcó al lado de mi coche.
- ¡Bill! ¡Mar! ¡Os estaba esperando! - dijo el director.
- No disimule, acabamos de verle aparcar - le dije.
- ¿Qué haceís aquí tan temprano?
- Fuimos a ver la salida del sol juntos y ya vinimos hacia aquí.
Más tarde llegaron Billy y Ana andando. Grabamos y volvimos a casa los cuatro en el Lamborghini.
- Tío, hay algo pringoso en mi asiento - se quejó Billy.
- No sé que podría ser - dije y miré a Mar diciendo con la mirada "Se me escapó un poco cuando me quité el condón antes".
Ella sólo se rió. Me había entendido.
Cuando llegamos a casa, Billy se fue a cambiar de pantalones y yo y Mar preparamos la comida mientras todos miraban la tele.
- ¡Bill! - me gritó Billy.
- ¿¡Qué!? - le pregunté.
- ¿¡Te has masturbado en el asiento trasero del Lamborghini!?
- ¡No!
- ¿¡Entonces debo suponer que Mar está embarazada!? - todos se giraron y me miraron mal. No veía sus caras, pero sentía sus miradas clavándose en mi espalda.
- ¡No es eso!
- ¿¡Entonces qué és!?
- ¡Se me escapó un poco cuando me quitaba un condón! ¿¡Contento!?
- ¡Contentísimo! - Billy apareció feliz. Mar y yo no podíamos contener la vergüenza que habíamos pasado.
Esa tarde, nos encerramos en la habitación de Mar y le estuve enseñando alemán y japonés. No bajamos a la hora de cenar. Pedimos unas pizzas y pedí que las trajeran por la ventana. Y lo mejor de todo es que las trajeron. Después de cenar, Mar fue al baño, cerró con pestillo y entonces sentí el olor a sangre y perdí el control de mí mismo.
Cuando volví a ser yo, mi cabeza estaba recostada encima de las piernas de Mar. Podía oler la sangre, pero ya me estaba acostumbrando. La miré. Estaba pálida y tenía marcas de mordisco en el cuello. La puerta del baño estaba totalmente rota. Mar sonrió al ver que volvía a ser yo.
- Yo he hecho todo esto, ¿verdad? - le pregunté. Ella sólo asintió -. Voy a buscarte algo para que bebas.
Salí de la habitación y fuí a la cocina. Cogí unas diez botellas de coca-cola y volví con ella. Todo esto lo hice a velocidad vampírica. La tumbé en la cama y le fui dando la coca-cola en vasos. Cuando pudo sostener la botella ella sola, me fuí a dormir al sofá. No quería hacerle más daño, necesitaba alejarme de ella algún tiempo sin dejar de ser su novio. Me quedé dormido pensando en formas de hacerlo.