Tokio Hotel! - Parte 20

Encontré esta por Internet. ¿Verdad que a nosotras nos gustarían también este tipo de juegos con un prota tan guapo como Bill?
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Cuando Carlos y Billy entraron al hotel estaban discutiendo y sus hermanos les miraban raro. Ellos nunca habían discutido y ahora la aparición de Jorge podría arruinar su relación. Bill se pasaba el rato hablando con Jorge y cuando esos dos entraron intentaron idear en su mente un plan para reconciliarlos. Ninguno de los dos quería ver a su hermano siamés con el corazón roto. Esa noche Billy durmió enfadado y abrazado a Bill, queriendo que Carlos jamás hubiera entrado en su vida como su novio. Carlos también durmió abrazado a Jorge, pero él lloraba desconsoladamente sin dejar de repetir que su vida no sería nada sin su amado Billy. El concierto se hizo esa misma noche, pero Carlos no fue. Su corazón estaba roto en miles de pedacitos y aún no tenía valor suficiente para enfrentarse a la mirada acusadora de Billy, el cual lo había señalado de infiel. Al día siguiente, fueron al aeropuerto para ir a Corea del Norte, capital Pyongyang. Lo que más les molestó fueron las medidas de seguridad en ese país para que no entrara ningún terrorista Surcoreano. No se quedaron mucho en ese país. Dieron el concierto y se fueron a Mongólia, capital Ulan Bator. Lo primero que hizo Bill al llegar ahí fue ir al orfanato. Todos los niños querían jugar con él y muchos le hablaban:
- ¿Cómo te llamas? - le preguntó uno de los niños.
- Bill, me llamo Bill.
- Mi padre se llamaba así.
- ¿Mi nombre te trae buenos o malos recuerdos?
- Buenos, mi padre era mi angel protector hasta que murió en un accidente de coche y mi madre me abandonó aquí. Ella me pegaba.
- Oh, lo siento. Pero, ¿Sabes qué? Tu padre siempre estará contigo. Ahora es tu verdadero angel de la guarda y él te elegirá una buena familia. Bueno niños, ¿Quién quiere que cuente un cuento?
- ¡Yo! - dijeron los pequeños alzando sus manitas.
- ¿Qué tipo de cuento?
- De princesas - dijo una niña.
- Y que salga una madrastra que se convierta en bruja - dijo otro niño.
- Vale, no más pistas, ya tengo el cuento. Se llama Blancanieves y los siete enanitos - respondió Bill al ver que querían darle aún mas pistas para el cuento.
- ¿Lo has inventado tú? - preguntó una niña.
- No, cuandonací ya estaba escrito - Bill se sentó en el suelo y todos los pequeños a su alrededor -. Había una vez una hermosa joven con la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el ébano. Desde la muerte de su padre, su madrastra la usaba como criada, pero la joven tenía una preciosa voz y un día...
Mientras Bill narraba el cuento, Mar lo miraba desde lejos. Ella no podía evitar pensar que Bill sería un buen padre ya que se mostraba a esos pequeños como si fueran sus hijos y él el padre que les contaba un cuento antes de ir a dormir.
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Fin por hoy, espero que les guste.
Tschüss!

Mar.