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3 d’octubre del 2011

Diario de un vampiro: Bill Kaulitz - 19 de Septiembre


Paul me despertó por la mañana.
- Bill, ¿Qué haces aquí? - me preguntó.
- Anoche hice algo horrible.
- ¿La has visto desnuda?
- Sí, pero no es por eso.
- ¿Entonces?
- Me bebí casi toda su sangre. Tengo que alejarme de ella una temporada.
- ¿Eso significa alejarte de nosotros?
- Exacto. ¿Cuidarías de Mar por mí?
- Sí, pero vete esta noche. Ahora están a punto de despertar todos.
Me fuí a duchar a mi habitación. Paul me acompañó. Iba a desaparecer, pero ¿Dónde?
- Creo que aún no se ha levantado nadie - escuché a Tom decir a alguien que iba con él.
- ¿Tú crees que es prudente esto? ¿Y si nos descubren?
- Tranquila Jackeline, no nos verá nadie.
- Tom, ¿Con quién estás? - Paul salió de la habitación mientras hacía esta pregunta. Yo aproveché para salir de la ducha y vestirme.
- Es una amiga - le respondió Tom.
- Ya... Una amiga... Tom, te conocemos muy bien.
- Es una amiga, en serio. Se llama Jackeline.
Salí de la habtiación con una mochila en la que llevaba mi cartera y mi móvil. Desaparecería del mapa y Mar estaría mejor sin mí. La chica que había traído Tom no iba a tener la oportunidad de conocerme. Esa chica, era morena y tenía el pelo largo. Sus ojos eran verdes y su estatura era más bien normal.
- Me voy - dije -. Sobretodo no le digaís nada a Mar. No quiero que sepa que me he ido ahora. Quiero que crea que me fuí por la noche.
-Bill - me dijo Paul -. ¿Estás seguro que quieres hacerlo?
- Sí, estoy seguro. Paul, cuando llegue el momento, dentro de unos meses, quiero que le des esta carta a Mar - le dí un sobre -. Ni se te ocurra leerla, lo sabré si la has leído antes que ella.
- Está bien.
- Adiós chicos, hasta nunca quizás.
Salí de la casa y me fuí en mi Harley Davidson sin mirar atrás. Me fuí al aeropuerto, facturé la Harley de equipaje y de equipaje de mano llevaba la mochila. Llegué a Hamburgo al mediodía y me fuí a casa de mi madre.
- Bill, ¿Qué haces aquí? - me preguntó mi madre al abrirme la puerta.
- He hecho algo terrible y no puedo seguir su lado - le dije.
- Un momento, ¿De que me estás hablando? Te has comido palabras.
- Me he bebido casi toda la sangre del amor de mi vida. Tiene un tipo de sangre que mi instinto aún no soporta. Necesito alejarme de ella una larga temporada.
- Bill, debes estar con ella.
- ¿Verdad que los vampiros podíamos dormir 100 años encerrados en un ataúd?
- No creo que debas hacerlo.
- Sí mamá, debo hacerlo. Estará mejor sin mi.
- ¿Y tú qué Bill? ¿Estarás mejor sin ella cuando despiertes de tu sueño?
- Intentaré buscar a su reencarnación.
- No será lo mismo.
- ¿Dónde están los ataúdes?
- En una recámara del sótano. Ahora te llevo allí.
Mamá me condujo hasta los ataúdes y me indicó cuál era el mío.
- Aún estás a tiempo de canviar de opinión - me dijo cuando ya estaba dentro -. Una vez cierre sólo lo podrás abrir tú.
- Mamá, estoy decidido a hacerlo. Nada me hará canviar de opinión.
Mamá cerró el ataúd y ya no hubo vuelta altrás.