Abrí los ojos de golpe y miré mi despertador. ¿Las once de la mañana? ¿A qué hora me dormí ayer?
- Buenos días dormilón - Tom estaba sentado en mi cama -. ¿Que te pasó ayer? No has notado mi presencia cuando he venido a las nueve.
- ¿Elisabeth te ha dicho a que hora me dormí ayer?
- Me dijo que te dormiste a las siete de la tarde y sin cenar.
- ¿A las siete?
- También han venido un par de chicas monas preguntando por ti. Han dejado eso - Tom señaló un rincón de la habitación. Había unos ositos de peluche y un paquete.
- ¿Me lo traes, porfi? - le puse cara de perrito.
- Que remedio - Tom se levantó y me trajo los ositos y el paquete -. ¿De qué las conoces a esas chicas?
- Te trajeron borracho ayer.
- ¡Esas chicas apenas deben tener fuerza! ¡Es imposible!
- La de pelo negro es fuerte, la otra sólo la ayudaba para que tu cabeza no sufriera daño alguno.
- La morena es muy mona, quizás podría...
- ¡Ni la toques! - reaccioné sin siquiera examinar la mente de Tom. No sabía que iba a decir pero había reaccionado mal.
- ¿Quién eres tú y que has hecho con mi hermano?
- ¿Qué quién soy? Soy la parte mala de tu hermano. Primero te olvidas por completo de nuestro cumpleaños y ahora quieres acostarte con Mar. ¡No lo permitiré! No mientras siga vivo.
- ¿Nuestro cumpleaños? ¿Qué día es hoy? - miró mi despertador -. ¿3 de Septiembre? Tío, lo había olvidado por completo. Lo siento. Te lo compensaré. ¿Que quieres que haga?
- ¿Harás lo que sea? - mientras lo decía, lo miraba a los ojos -. ¿Lo que te pida sin quejas?
- Sí, lo haré.
- ¿Es una promesa?
- Si, lo prometo - le pasé mi colección de DVD's de Star Wars y puso su mano sobre ellos, mientras yo encendía la garabadora -. Prometo sobre estos DVD's que haré lo que mi hermano Bill me pida para compensar haberme olvidado de nuestro cumpleaños. Y no me quejaré de lo que me pida.
- Perfecto - dije apagando la grabadora.
- ¿Para que és la grabadora?
- Por si se te olvida que me lo prometiste.
- Vale, ¿Qué quieres que haga?
- Quiero que seas mi esclavo durante un mes.
- ¿Qué?
- Prometiste no quejarte.
- Está bien.
- Bueno, me voy a la ducha - me levanté de la cama y me dirigí al baño que había en mi habitación. Todas las habitaciones tienen un baño, así nos ahorramos colas.
Mientras estaba duchándome, Tom me preguntó:
- ¿Hay algo que necesites?
- Sí, cuando salga quiero que haya algo de comer en mi escritorio. Me muero de hambre.
- Enseguida lo traigo.
Escuché los pasos de Tom salir de la habitación y llegar hasta la cocina. Salí de la ducha justo en el momento en el que Tom entraba.
- Que justo, ¿Eh Tom? - le dije.
- Sí, muy justo.
- ¿Que me has traído?
- Yo iba a traerte unos bollos, pero Elisabeth me ha hecho traerte un plato de pasta con salsa roquefort, una coca cola y un helado de chocolate.
- Cómo me conoce esta chica - dije con cara de "Mmm... comida deliciosa".
Cuando Tom dejó la bandeja con la comida, cogí le plato de pasta y empecé a comermélo a una velocidad vertiginosa. Apenas sentía el sabor del roquefort que la pasta ya estaba en mi estómago. Cuando dejé el plato, le dije a Tom:
- Quiero más.
- Sí, claro. Ahora te lo traigo.
- El doble de lo que había. Mejor el triple.
- ¿Seguro que vas a comer tanto? - En ese preciso instante mi estómago rugió como un león y Tom se asustó -. Creo que voy a traer la cazuela entera.
Dejó el plato encima de la mesa y salió corriendo por la puerta. Mientras Tom estaba en la cocina, yo me vestí. Justo cuando me iba a poner la camiseta, aparece Tom con la cazuela.
- Ya estoy aquí.
- Dame, tengo hambre.
- Sí, toma. También te he traído el cucharón, si lo quieres.
Cogí el cucharón y empecé a comerme toda la cazuela sentado en el suelo. Mientras comía, Elisabeth entró y le dijo a Tom:
- Parece que tiene mucha hambre.
- No creo que tenga suficiente con una lata de coca cola.
- Tranquilo, le he traído un par de botellas de coca cola de dos litros.
- ¿Dos litros? ¿No te has pasado un poco?
- Oye Bill - me dijo mi hermana -, ¿Tienes sed?
- Sí, mucha - le dije después de tragar lo que tenía en la boca.
Me dió la botella de coca cola, la abrí y me bebí la mitad de un solo trago. Después seguí comiendo pasta. Cuando me hube terminado la cazuela, las dos botellas de 2 litros de coca cola, y un tarro de helado de chocolate de 5 kilos, me tumbé en la cama y dije:
- No puedo comer más.
- ¿Enserio? - preguntó Tom.
- Déjalo descansar. Piensa que ayer no cenó. Aún así, a veces come todo lo que ha comido ahora en una sola comida, incluso más.
Entonces solté un eructo, uno tan fuerte que podría haberlo escuchado todo Los Ángeles.
- ¡Bill eres un cerdo! - gritó Tom.
- Lo siento, no he podido evitarlo.
- Os dejo solos - dijo Elisabeth antes de salir de la habitación.
- Tom...
- ¿Qué?
- ¿Por qué motivos se me podría haber parado el corazón cuando le director de "Die Räuber" le dijo a Mar si quería salir en la película haciendo de mi novia?
- ¿Cuál de las dos es Mar? - Tom se sentó en la cama a mi lado.
- La morena.
- Esa chica es muy mona. ¿No será...? No es imposible.
- ¿No será el qué?
- Que te hayas enamorado de ella.
- ¿Qué? - me incorporé.
- Ahora tendrás que dejar a tu novia para irte con ella.
- No es mi novia. Es nuestra hermana Elisabeth.
- ¿Ese pivónazo es nuestra hermana pequeña?
- Exactamente. Decía que era mi novia para que ella aprendiera a esquivar a los paparazzis mientras era menor.
- Menuda mierda. Yo que quería acostarme con ella cuando la dejaras por otra.
- Tom...
- Dime.
- ¿Piensas siempre en tu pene o directamente tienes el cerebro en el pene?
- ¿A qué viene esto?
- Es que no haces más que pensar en el sexo y eso me mosquea. Odio esa parte de ti.
- ¿Y al resto lo amas? - Dijo de forma coqueta.
- Mejor pensado, odio todo tu ser - me levanté y salí de mi habitación.
Salí a la calle y después de andar unas manzanas me encontré con Justin tirado en el suelo. Le cogí el brazo y me gritó:
- ¡Dejaré de ser un chulito pero no me peguéis más!
- Ya veo que la vida te ha devuelto todo lo malo que has hecho multiplicado por... ¿Cuántas personas te han pegado?
- ¡Bill! - Justin hechó a llorar -. ¡Quiero volver a casa! ¡No quiero que me peguen!
- Tranquilo Justin. ¿Vamos a tomar algo y me cuentas que te ha pasado?
Me lo llevé a un Hard Rock Café que había cerca. No sentamos en una mesa de dentro, justo debajo de una foto de Elvis Presley.
- ¿Que desean los señores-? - nos preguntó el camarero.
- Para el chico una coca cola y para mí Jack Daniels - le dije al camarero.
- Enseguida señor - el camarero se fue.
- Ahora Justin, ¿me vas a contar que te ha pasado?
- Pues... Yo iba paseando y de repente...
************ Flashback de Justin ************
- Hey tíos, mirad esto. (***** 1)
- Pero si es Justin Barbie. (***** 2)
- Vamos a pegarle un rato. (***** 3)
- Un momento, ¿Por qué queréis pegarme? ¿Y a que viene eso de Barbie?
- ¿Acaso no lo ves?, eres como una Barbie. (***** 4)
- Eres rubio, y tonto. Y también te crees muy chulo, así que vamos a darte una lección. (***** 1)
************ Fin del Flashback *************
- ... Luego apareció su padre y se fueron.
- ¿Y su padre no te ayudó?
- Sólo me dio una patada en el estómago, luego se fue tras sus hijos.
- Vaya... Es por eso que siempre te digo que no te hagas el chulo.
- Señores, su pedido - dijo el camarero apareciendo con las bebidas.
- Oh, gracias - dije. El camarero dejó las bebidas y se fue.
- ¿Qué puedo hacer para que la gente me trate mejor? - me preguntó Justin -. Bill, ¡Ayúdame!
- Primero, aprende a cantar. Segundo, despídete de los escenarios durante unos años. Tercero, necesitarás un cambio de look total. Y cuarto, deshazte de la ropa que llevas ahora.
- ¿Para qué?
- Puedes hacer esto y llegar a ser mejor como persona y, cosa que yo no creo posible, como cantante.
- Qué animos.
- A lo mejor encontrarías una novia más decente.
- ¿Estás diciendo que Selena no es decente?
- Es evidente que sale contigo porque vas a tener tu serie en Disney Channel. ¿Tú has visto a alguna de la Factoría Disney salir con alguien que no sea de la Factoría Disney?
- Pues... Joe.
- Joe no cuenta. También ha salido con Demi Lovato.
- Pues... A nadie.
- ¿Ves? Además, últimamente se habla mucho de "esta" Factoría Disney. Yo prefería la "otra".
- ¿La otra es la que hace películas que no tiene nada que ver con series de Disney Channel?
- Sí - cogí el vaso de Jack Daniels y bebí un trago -, yo prefiero la "Factoría Disney" que creó la Blancanieves, 101 Dálmatas, la Cenicienta, Aladdin, la Sirenita y todas esas que vi en mi infancia.
- Esas pelis si que me gustan.
- Aún me emociono con Bambi.
- ¿Lo dices enserio? ¿Qué escena?
- La que matan a su madre, es tan triste.
- ¿Que hora és?
- Las siete, ¿Te acompaño a casa?
- ¡Sí!
Fuimos andando a casa de Justin y en la puerta nos encontramos con un chico un tanto extraño. Llevaba una gorra negra, una chaqueta negra, pantalones negros, botas negras y una camiseta de Green Day. Tenía los ojos marrones y el pelo negro.
- Perdona - le pregunté -, ¿Buscas a alguien?
- Sí - me respondió el chico. Tenía una voz algo femenina -. Buscaba a Justin Bieber.
- Soy yo - Justin salió de detrás de mi pierna -. ¿Qué quieres?
- Venía a pedirte disculpas.
- ¿Disculpas?
- Sí, mi padre y mis hermanos son algo violentos con las cosas que no les gustan. Siempre tengo que ir yo a pedir disculpas por ellos. Pero deberías cambiar un poco tu forma de ser.
- ¿Porque?
- Si te sigues creyendo el mejor de todos, acabarás como Elvis Presley.
- En eso tienes razón - dije -. Justin, recuerda que mañana retomo las clases de canto.
- ¡Vale! ¡No faltaré!
Justin entró en casa y yo me quedé afuera con ese chico.
- Tu eres Bill Kaulitz, ¿verdad? - me preguntó.
- El mismo.
- ¿De que conoces a Justin?
- Es mi primo. No se lo digas a nadie, es un secreto.
- Mis labios están sellados.
- Gracias por guardarme el secreto. ¿Cómo te llamas?
- Carlos.
- ¿Y de apellido?
- Eso me gustaría saber a mí. Perdí la memoria hará un año en Octubre y no recuerdo mi apellido. Es de las pocas cosas que no consigo recordar.
- Oh, lo siento.
- No importa. Tampoco recuerdo que música me gusta, con una única excepción. Recuerdo que soy fan de Tokio Hotel.
- ¿Quieres mi autógrafo? Puedo firmártelo ahora mismo.
- Fírmalo aquí - me dió su antebrazo izquierdo -. Eres mi ídolo, así que me gustaría llevar tu autógrafo en un sitio que siempre vea.
- Te lo vas a tatuar - dije mientras firmaba.
- Sí, iré ahora, así no se me borra.
- ¿Tienes más camisetas cómo ésta?
- Sí, pero llevan otros nombres escritos y otras personas dibujadas.
- Haz una cosa. Mira que camisetas son grupos de música o cantantes e intenta escuchar su música a ve si recuerdas algo.
- Ya lo haré, a ver si sirve.
- Y si recuerdas alguna letra de alguna canción, no dudes en tatarearla o cantarla si te ves capaz.
- ¿Acaso eres médico?
- No ejerzo, pero estoy licenciado en Medicina, Psicología y Psiquiatría.
- Vaya...
- Y cómo médico que no ejerce. te recomiendo que lleves a tu padre y a tus hermanos a un Psiquiatra y a un Psicólogo.
- ¿Porque?
- Porque algún dia los van a encarcelar por matar a alguien - Carlos se asustó -. Es sólo una posibilidad, pueden no hacerlo.
- Si eso llegase a pasar antes de convencerles, ¿Te encargarías de mí? Estaría muy solo.
- Claro no hay problema, siempre y cuando Tom no diga por allí que soy gay y que tú eres mi novio.
- Tu hermano es algo raro.
- Siempre que oigas que alguien ha dicho que Bill es gay, es él.
- Bueno, me voy antes de que cierre el tatuador. Ya nos veremos. Adiós.
- Hasta pronto.
Volví a casa cuando estaban todos cenando.
- ¿Dónde has estado? - me preguntaron Tom y Elisabeth a la vez.
- Me he encontrado con Justin y nos hemos quedado hablando.
- Ven y come algo - me dijo David -. ¿Ya te encuentras mejor?
- Sí, no hace falta que os preocupeis. Mmm... Sushi. Con lo que me gusta a mí el sushi.
Después de cenar nos quedamos hablando hasta altas horas de la madrugada. A las dos y media nos fuimos a dormir. Me quedé pensando un rato en lo que le había pasado a Justin y maneras de solucionarlo sin que nadie supiera nada. Mañana le cortaría el pelo al 1.
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Seguramente todas sabréis que hay diferentes formas de raparse el pelo con una máquina. Pues eso es lo que voy a hacer, rapar a Justin. Me está hartando ese flequillo suyo.
Guten Morgen chicas!!!!!!
Bill.
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