Diario de un vampiro: Bill Kaulitz - 9 de Septiembre

La fiesta de Gus duró hasta la mañana.
- Venga todos a casa. Son las nueve de la mañana - me despedí de todos los invitados -. Que durmáis bien.
- Buenas noches.
- Bill - Billy apareció detrás de mi casi como un fantasma -, ¿Puedo quedarme a dormir aquí?
- Si claro, duerme con Carlos. Carlos, ¿Te parece bien que Billy duerma contigo?
- Si, puede dormir conmigo - me respondió un zombificado Carlos.
Nos fuimos todos a la camita. Tuve que parar el despertador porque llevaba sonnado con música de Bon Jovi todo el día. El timbre de la puerta me despertó a las doce del mediodía. Fui como un zombie a abrir la puerta y...
- Hola hijo, ¡Feliz cumpleaños!
- Pa... - abrí los ojos como platos -. ¡Papá! ¿¡Qué haces aquí!? Mi cumpleaños fue hace...
- Ocho días - me dijo mi padre -. No hace falta que me lo digas. Ya lo sé. ¿Me vas a dejar en la puerta?
- ¡No! Pasa. Estábamos durmiendo. La fiesta de Gustav terminó hace tres horas. ¿Qué nos has traído de regalo?
- A Gustav le he traído un póster de Edición Limitada de Metallica que sólo salía en España y a ti ya a Tom una noticia que os dejará pasmados a los dos.
- ¿Que noticia?
- ¿Bill quién ha llamado? - preguntó Tom entrando en el salón.
- Ven Tom, papá tiene algo que decirnos.
- ¿Qué? - levantó la cabeza y vió a papá -. ¡Papá! ¡Años sin verte! ¿Que me has traído de regalo de cumpleaños?
- Primero sentaos - no sdijo papá. Nos sentamos los tres en el sofá -. Véreis, vuestra querida madre nunca os ha dicho nada, pero ahora cree que estáis preparados para saberlo.
- ¿De qué se trata? - le preguntamos.
- No fuisteis gemelos, fuístes septillizos.
- ¿Qué? - dije.
- ¿Qué son septillizos? - me preguntó Tom.
- Septillizos es cuando hay siete bebés en el vientre de una madre - le respondí a Tom.
- ¿Cómo?
- Chicos prestadme atención - nos dijo papá -. Vuestra madre dió en adopción a vuestros cinco hermanos sin consultármelo. Y resulta que los cinco fueron adoptados por el mismo tipo aquí, en Los Ángeles.
- Bill - me dijo Tom -, ¿No són Billy y Carlos muy parecidos a ti?
- ¿Insinúas que són nuestros hermanos adoptados? - le dije, y luego le dije a mi padre -. ¿Fue por esto por lo que os divorciásteis?
- No, no fue por eso - me contestó mi padre -. Ese año nos había ido muy mal enconómicamente y ella decidió darlos en adopción sin consultármelo para no hundirnos en la miseria. Lo que me cabreó fue lo de vuestra hermana. A ella también intentó darla en adopción. Por eso nos divorciamos cuando teníais siete años.
- ¿Intentó darme en adopción? - preguntó Elisabeth apareciendo por la puerta.
- Eso parece - le respondió Tom.
- Elisabeth, hija, ven. Esto también te incumbe a ti - dijo papá.
- Lo he oído desde la puerta - respondió ella -. No puedo creer que mamá hiciera algo así. 
- Tiene razón - la apoyé -. Mamá te privó de tu derecho de padre de cinco de tus hijos dándolos en adopción sin consultártelo.
- De acuerdo chicos - dijo papá -. ¿Puedo ver cómo son esos chicos de los que háblais?
- Iré a despertarlos - dijo Tom levantándose.
- ¿Sabes qué clase de persona es la que los adoptó? - le pregunté a papá.
- Es un hombre bastante violento y quiere que sus hijos vayan también por su camino.
- Es al descripción exacta del padre de estos dos chicos. Además hay uno que és idéntico a mí.
- Bill, tú tienes un siamés que és idéntico a ti. Puede que sea ese chico.
- Ya los he traído - dijo Tom apareciendo con Billy y Carlos.
- Són ellos, no hay duda. Es el mismo color de pelo.
- ¿Que ocurre? - preguntó Billy.
- Resulta que sois hermanos nuestros - le contesté.
- ¿Que qué?
- Lo que has oído. Mamá os dió en adopción a los cinco y parece que fuísteis adoptados todos por el mismo hombre.
- ¿Y ahora intenta recuperarnos?
- No exactamente - dijo papá -. Ella os dió en adopción sin consultarme nada. Sólo quería conoceros y que Bill y Tom supieran que tiene cinco hermanos.
- ¡Sacadnos de ese infierno, por favor! - me suplicó Carlos arrodillandose a mis pies -. Yo ya no puedo aguantar esa tortura. Si realmente sois nuestros hermanos sacadnos a todos de allí.
- Los llamaré para que vengan - dijo Billy mientras sacaba su móvil -. ¿Paul? Soy Billy ... Estoy en casa de Bill Kaulitz ... No, no voy a matarlo. Escucha, tenéis que venir, resulta que somos sus hermanos ... Es una historia muy larga ... No, mejor que papá no venga. Nuestro verdadero padre está aquí ... Vale, hasta ahora. Adiós.
- ¿Que te han dicho? - le pregunté.
- Ya vienen para acá.
"Mis hermanos" llegaron a la hora de comer. Ese día decidí hacer pasta con salsa roquefort. Cuando entraron, todos suspiraron:
- Ah... Roquefort...
- Veo que han venido con hambre - dijo papá.
- Si, eso parece - dijimos yo y Billy a la vez.
- ¡Wow! ¡Sois idénticos! ¡No sabría distiguiros! - dijo el chico pelirrojo con rastas. De todos los hermanos era el único pelirrojo. El resto tenía el pelo negro. Su cara era parecida a la de Tom, pero más bien parecida a la mía y medía 2 metros 10. El resto era más o menos igual de altos que yo.
- A mí me ha costado saber con cuál estaba hablando - le dijo papá -. Sin duda son siameses idénticos.
- ¿Y usted es...?
- El padre de Bill y Tom Kaulitz. Y vuestro padre. Tú eres Paul, ¿Verdad?
- ¿Cómo lo sabe?
- Tu madre quiso que el que os adoptara conservara vuestros nombres. También sé que te llamas Mc Cartney de segundo nombre.
- ¡Quiero pruebas! - gritó otro de los hermanos. Este llevaba el pelo largo y la cara pintada a rayas negras y rojas que salían de la punta de su nariz y se esparcían por la cara de forma simétrica, ondulandóse.
- Ya haremos una prueba de ADN en otro momento - dije -. Venid a comer.
Después de comer fuimos al hospital a hacer las pruebas de ADN. Dieron positivo. Mi padre no nos engañaba.
Pasamos la tarde conociéndonos mejor. El de la cara pintada se llama Satan y no era pintada, era su piel. 
Había otro con el pelo parecido al de Carlos, pero al revés, base gris, dragón negro. Éste se llama Jorge.
Paul lleva un dragón tatuado en su brazo derecho, enroscado de tal manera que la boca del dragón queda ambierta entre el dedo gordo y el índice.
Esa noche se quedaron a dormir. Ah, y ya no querían matarme.
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Si puedo subiré el de hoy, hoy. Sinó, lo intentaré el lunes. 


Bill.
(PD: mañana estaré en casa de mi novio a comer y en casa de mi abuela a cenar, por eso lo digo. A no ser que lo cuelgue por la madrugada)